miércoles, 27 de junio de 2012

Capitulo 3 Chica Problemática

Capitulo 3
¿¡Que qué!?
La mera mención del estúpido pensamiento de Fred nos hizo dar un bote, separarnos 3 metros al menos, poner cara de asco/indignación y levantar las manos para evitar un posible contacto.
-¡¡Nunca estaría con un patán, gilipollas, guarro, asqueroso, egoísta, caprichoso y cabrón como él!!-grite
-¡¡Puaj!!¡¡Que asco!!Antes estaría con un tío que con ella-dijo  indignado
Guau…eso dolió…nadie ponía en duda el gusto de Jace por las faldas. Era un cabrón. Se dio cuenta de que se paso y antes de que pudiera arreglar nada me dije a mi misma que tenía que explicar el verdadero significado de la frase anterior.
-Aquí, el cabrón de Jace se refería a que teníais que hacer la votación para elegir mi castigo. Y por favor, no tardéis mucho que este es mi 2º y se me están acumulando y lo peor es que no se cual es el primero-dije más tranquila y con una mueca en la cara.
Acto seguido, Jace cogió una hoja y la partió en 4 trozos entregándole una a cada uno. Uno a uno de mis electores de castigos iba metiendo su propuesta en un vado que antes había traído Sam. Jake agitó el vaso y me dio a escoger. Cogí uno de ellos y me dirigí al cuarto de Jace-con él a mis espaldas- para recibir el castigo en privado como era la costumbre.
Abrí el papelito ansiosa y a ambos se nos cayó el alma a los pies cuando leímos el castigo-en este caso para ambos-escrito con la inconfundible letra de Jack
Besaros
-Luego de esto… ¿me ayudarás a matarlo?-preguntó aun conmocionado
-Ni lo dudes, será un placer-dije con un tono de venganza
Y al final, claro que pasó
Me apoye a los pies de su cama y el experto como era, estaba nervioso. Me tomo de la cintura y la cabeza a la vez que yo a él del cuello. Si lo hacíamos, como todo, lo haríamos bien. A corto la distancia haciendo que nuestros labios se rozaran.
 Abrí la boca dándole a entender  que tenía permiso. Tardó menos de un segundo en reaccionar y en besarme como Dios manda. Sus labios eran frescos y suaves con sabor a chocolate procedente del helado que habíamos tomado esa tarde aunque se me hacía muy lejano. Tiraba del cuello de su camisa mientras le acariciaba el pelo a la vez que el me agarraba más fuerte de la cintura apretándome más contra él.
Sin darnos cuenta caímos sobre la cama, él sobre mí. Ambos sin camiseta. Sus manos recorrían mi cuerpo queriendo conocerlo entero, de arriba abajo .Sus manos buscaban frenéticas el cierre de mi sujetador .Mis manos recorrían sus perfectos abdominales.
Y cuando casi  me había quitado el sujetador con  sus hábiles manos, ambos reaccionamos y despertamos como si de un sueño se tratara, estábamos poniendo en peligro nuestra amistad y lo sabíamos. Con una mirada que nos echamos juramos no contar a nadie lo sucedido.

1 comentario: